Dice
una conocida canción de Alberto Cortés que cuando un amigo se va queda un
espacio vació que no lo puede llenar la llegada de otro amigo.
A
veces la perdida de un ser querido, ante ese misterio la muerte, nos hace
reconocer que tenemos un tiempo limitado en esta tierra: La vida es como la
neblina del amanecer: aparece un rato y luego se esfuma
(Santiago
4.14) Vivimos unos pocos años y dependerá de nosotros, de nuestro entorno y de
las circunstancias si en ese periodo que tenemos podemos vivir una vida plena y
ser felices.
Muchas
veces la cultura de la época, la falta de oportunidades nos condiciona de tal
forma que limita nuestro potencial y allí quedamos aferrados a un presente
difícil y a un futuro incierto.
Pero
más allá de estas cuestiones tomar conciencia que el reloj corre para todos nos
ayuda a vivir una vida más autentica.
Porque
terminamos priorizando las cosas que nos hacen sentir bien.
La
dicha comienza cuando uno esta satisfecho consigo mismo y valora a las personas
que lo aprecian.
Néstor
Omar Salgado
Escritor , Consejero Cristiano autor de los libros "Volver a Comenzar" y "Un Nuevo Despertar"